El queso es un alimento muy utilizado en la gastronomía que ofrece una gran variedad dependiendo de diferentes factores: procedencia, maduración, especiado, etc. Por esta razón, sirve tanto para la elaboración de platos dulces como salados; y se abre a una gran variedad de recetas. En relación al plano alimenticio, siguiendo una dieta sana y equilibrada, el queso ocupa un lugar privilegiado, ya que es muy práctico y ofrece muchos nutrientes.
A lo largo de su historia, desde la Antigüedad, el queso ha ido experimentando un crecimiento exponencial convirtiéndose en un alimento con muchas variedades, texturas y gustos.
El queso se obtiene de la cuajada de la leche animal o vegetal cuando se ha eliminado el suero a través de su maduración. Su variedad depende del origen de la leche, los métodos de elaboración y el grado de maduración. En relación a su origen encontramos leche cuajada de vaca, oveja, cabra, búfala, camella, mamíferos rumiantes o leche vegetal. Dentro de esta primera clasificación, el queso también es diferente en sabor, textura, etc. dependiendo de las diferentes razas de cada uno de estos animales y de la propia dieta de este ganado.
Otro factor importante son las bacterias que acidifican la leche, determinan su textura y el sabor de la mayoría de los quesos. Al igual que con el origen, el uso de diferentes bacterias y mohos junto a su tiempo de curación produce diferentes tipos de quesos.
Además, el añadido de agentes saborizantes como hierbas, especias produce cambios en el sabor y presentación del queso.
